viernes, agosto 27, 2004

PROTESTO!!

¿Alguna vez se han ustedes preguntado de todo lo que hay detrás de un concierto de orquesta sinfónica? Hablamos de lidiar con administrativos, sindicatos, directores, compañeros apáticos o anarquistas, egos, política-políticos y una larga lista.

Yo toco en una orquesta juvenil. En mi caso no hay ni sindicato... ni contrato, y por tanto, ni prestaciones, ni un solo derecho laboral. Llevo cuatro años con la misma paga, de la que hago lo posible para que alcance, justificada en cuestiones legales como "beca", de donde los políticos y administrativos se agarran para no aumentarle ni un centavo aunque la inflación suba cada año, y para lo cual debo inscribirme a una escuela para no recibir clases (y digo yo ¿para qué si acabo de terminar la carrera?) y solamente para acreditar ante esos políticos y sus contralores la designación presupuestaria para una escuela de música, de organización tan improvisada como la de la misma orquesta. Cada año, seis meses, dos meses, semanalmente, debo presentar una audición, según sea el caso, el capricho o la necesidad (o necedad?) del director general y maestros, pero eso no es lo que me indigna, lo que me indigna es que algunos de los que me ponen la calificación de la cual depende mi subsistencia en esta ciudad (por lo pronto), tocan desafinado, o con un sonido horrendo, o se pierden al dirigir o ni siquiera escuchan e incluso, en el caso de mis colegas los alientos, uno que otro toca peor que los mismos becarios... Afortunadamente no todos son así, y contamos también con muy buenos músicos de principales. Con estas famosas audiciones, he tenido que soportar que de orquesta sinfónica hemos regresado a la condición de orquesta de cámara, "acostumbrarme" a la partida de compañeros y colegas que se entregaban a su trabajo y todo viendo cómo un inepto de ochentaitantos años mata el entusismo y la dignidad de las personas que creemos ganarnos ese lugar y esa beca con nuestro estudio y trabajo. Gritos, histerias, humillaciones, ni qué decir de la inexistencia de un buen trabajo de dirección (se pierde, escucha bajo lo que está en tono, alto lo que está bajo, cree que más rápido quiere decir "no tan fuerte", etc.,etc.). Así, cada seis meses (aprox.) firmo un "convenio de beca" donde literalmente renuncio a cualquier clase de derecho, ya no digamos siquiera laboral, donde se especifíca que en caso de accidente o enfermedad, "El Instituto", de considerarlo necesario, puede ordenar el cese de la beca misma. Debo soportar que no haya permisos sensatos para cursos, concursos, invitaciones a tocar en festivales, etc., aún cuando no representan remuneración personal, y en el remoto caso de ser concedido, implica el descuento directo de los días en cuestión (claro que si son cinco, te descuentan la semana completa), además de uno tener que hacerse cargo de conseguir al suplente...

Encima, hay que soportar los egos de quienes se creen "colonizadores del tercer mundo", que afortunadamente están disminuyendo, las irresponsabilidades de jóvenes veinteañeros que viven en la apatía por todas las condiciones y la impotencia que vivimos a diario.

Afortunadamente, y para mantener mi humanidad intacta, tengo una sección (la de los violonchelos) tan amada y querida, pacífica y responsable (que sé que al cambiarme de orquesta será un sueño imposible, un viejo recuerdo) que eso me ayuda a no perder el sentido, a recordar que no sólo vivo de eso, sino para eso. Vivo para tocar, para hacer música con las limitaciones que mis posibilidades internas y externas me permitan. Y aprendo con ellos y de ellos, mis colegas, de los que tocan "más" y de los que tocan "menos" que yo.

Y procuro no llegar marchita al final de cada temporada, donde además de chutarme los contras diarios de mi bienamada orquesta, tengo que escuchar comentarios como "No, pero esta orquesta yo no es lo que solía ser", o "Qué mal está sonando la orquesta ahora" o "Herrera es un gran director", o los comentarios descalificadores de algunos colegas de otras orquestas ya "profesionales". Pero lo peor de todo, es que llegue este vejestorio a desbaratar una obra y digan que la orquesta es mala y que otro día suceda el milagro de que nos proponemos ignorar a este dictador-director y logramos ponernos de acuerdo para que la orquesta suene bien, o que ese día hubo director invitado y algo se pudo hacer, y el comentario de la gente sea "Ah, pero qué buen director, por eso suena la orquesta!"... No lo soporto!! Sí, sí hay excelentes directores, y por piedad pido que alguno nos conozca. No somos la Filarmónica de Berlín, ni la Sinfónica de Chicago, pero sí un montón de jóvenes hambrientos de cultura, de música, de aprendizaje, de tierra fértil, con suficientes herramientas para hacer algo digno, no sólo de la orquesta, sino del público que escucha.

Así que esta protesta se colorea de súplica para que la próxima vez que asistan a un concierto de música sinfónica, antes de expresar un juicio, primero se pregunten qué es estar en los zapatos de los que tienen enfrente...

martes, agosto 24, 2004

La música

"La música es más que sonidos combinados con silencios, ondas sonoras, discos compactos o la acción de las manos sobre un instrumento. La música es un lenguaje (con todos sus elementos, reglas e imprecisiones) y una disciplina artística, que puede abordarse de tantas maneras como cabezas haya dispuestas a hacerlo. Podemos hablar de la música desde el punto de vista físico, técnico, matemático, psicológico, sociológico, filosófico, retórico, fenomenológico... (etc, etc, etc...), de la misma manera que podríamos hablar de Arquitectura, Pintura y demás artes y desmenuzarla desde los elementos que la componen, los materiales que pueden utilizarse y estructuras que le dan forma, hasta darle un valor socio-cultural, por lo que representa; porque en el arte se reflejan los cambios históricos, culturales, sociales y científicos de cada tiempo y se entrelazan para finalmente comunicarnos la idea estética, política, social, ornamental y hasta subconsciente del artista. Yo creo que cada forma de abordar la música -desde la más empírica hasta la más científica- tiene algo que aportar para acercarnos a ella, para vivirla de maneras distintas y comprender lo que con cada herramienta de análisis, percepción, estructuración y concepción podamos."

(Patricia Ivison)

Extraído de la página www.mathmusic.org

Ojalá que si pasas...

Ojalá que si pasas me dejes una sonrisa.
Ojalá que si pasas me muevas alguna fibra.
Ojalá que si pasas me muestres quién eres, qué quieres.
Ojalá que si pasas me traigas tus soles, tus nubes.
Ojalá que si pasas me llueva un poco, me salgan flores.
Ojalá que si pasas me arrastren las olas, tus mares.
Ojalá que si pasas me prestes tus alas, un sueño.
Ojalá que si pasas sea que llegas y no que pasas.

Poema existencial

Este va para Carlos, para Martín, para mí y para todos los que se sientan identificados:

¿CÓMO SE ESCRIBIRÁ UN POEMA EXISTENCIAL?

Vamos a ver
¿Cómo se escribirá un poema existencial?
¿preguntando a la ceniza por el fuego?
¿al desmadrado por la madre?
¿a la migaja por el pan nuestro?
¿al muñón por el meñique?
¿al alma por su almario?
¿al piojo por el universo?
¿a la saliva por el beso?
¿a la cigüeña por el campanario?
¿al pez espada por su vaina?
¿al sordomudo por la cadencia?
¿a la seda por el gusano?
¿a la bienamada por su desamor?
¿al arbolito por sus pájaros?
¿al universo por el piojo?
¿al corazón por la puñalada?
¿al ruiseñor por la ruiseñora?
¿a la lágrima por su lagrimal?
¿a mí mismo por mi salvavidas?

supongo que a esta altura ya habréis adivinado que he resuelto postergar mi poema existencial para el siglo veintiuno o veintidós.

Mario Benedetti

jueves, agosto 19, 2004

Big Fish

Ayer ví una película que me encantó, se llama Big Fish y es de Tim Burton. Siempre me he considerado fanática de las películas de este hombre: su fantasía, creatividad, humor, dramatismo, ironía y a la vez la realidad tan humana y tan sensible que llevan de fondo sus filmes. Este, en especial, me ha tocado mucho, de principio a fin. Inevitable verse reflejado de alguna manera y actualizar situaciones, deseos y traumas. Soy de lágrima fácil, lo sé; pero ayer llegaron de una zona distinta. Si pueden, véanla. Vale la pena.
"Soñé que íbamos a casarnos". Fue lo que dijo, casual, como diciendo: soñé que era un perro o soñé una casa verde...Sin medir la magnitud del efecto que sus palabras podían tener. El nudo más grande en la garganta, risita nerviosa y dentro de mí, de mi cabeza, una y otra vez: "Yo lo soñé tantas veces tanto tiempo...De manera consciente e inconsciente". Nada salió, comentarios vagos, tontos... Y casi me ahogo con el nudo de mi garganta...

martes, agosto 17, 2004

Hoy no puedo...

Hoy no puedo no decir lo que mi alma grita,
lo que mi ansia desea.
Que estuvieras aquí, matándome de risa y de ternura,
llenándome de paz y tu mirada.
Hoy no puedo no de decir que no es posible, ir así, como tú andas,
abriendo corazones, dejándolos al aire,
desamparados, inasible tú,
sembrando en objetividades el camino a "vos"
para después quedarme sola
y que luego tú "respetes" esta soledad acompañada.
No es posible no decir que aún sueño con tu boca,
con su beso sincero.
No es posible no decir que le temo a tu forma,
esa de estás y no estás,
esa de ser y no ser.
Que no es justo, no se puede dar todo y volverse una nube,
fantaseable, imaginable,
jugar a "te tengo" y "no te tengo".
No se puede extrañar así, no se debe.
Y en el todo, en lo confuso, yo te extraño.
Y me quedo sin más, agarrando las nubes,
galopando estrellas.
Hoy no puedo callar que te reprocho
el haber llegado,
sin quedarte en mi vida.
Y mañana tal vez sufra y me arrepienta
de todo esto que digo.
Hoy...



lunes, agosto 16, 2004

!!!

Tengo miedo. Sí, mucho miedo. No sólo por mi audición de mañana. Tengo miedo por tentar al destino con esta forma en que estoy llevando mi vida, mi corazón. No es saludable...

Se avecina tiempo de tormenta para comenzar a tomar decisiones. Tengo miedo. Me abrazo a mí...

viernes, agosto 13, 2004

Sólo un deseo...

Te amo porque sabes quién soy
y lo aceptas y me amas.
porque te amalgamas con mi mundo
y lo quieres compartir.
Porque sabes compartirme el tuyo,
hacerlo mío, cotidiano.
Porque en tu mano está la paz
de todo el mundo...la mía
y la dicha.
Te amo porque sabes que no miento,
aún cuando lo intento;
porque sé quién eres y te conozco como a mis manos...
más que a mis manos.
Te amo porque sabes verme, mirarme;
abrir en tus ojos y en los míos
el corazón sin tiempo.
Porque lo dicho estaba dicho;
porque el silencio habla
y te siento mío, es decir,
como una parte de mí;
como si hubieras existido desde siempre
y te hubiese encontrado
de no sé cuándo, ni dónde.
Te amo porque sé tus gestos y tu risa.
Tus pasiones,
las más sublimes y las más oscuras.
Te amo porque significas certeza;
certeza de mi misma y de ti.
Porque converso sin decir palabra;
porque hacíamos el amor antes de hacerlo.
Porque puedes partir mañana
y aún estaremos dentro.
Porque este día es
página en blanco que se escribe.
Te amo cuando mi alma te besa
y se entrega hasta el último palmo.
Te amo porque tengo miedo,
porque tú lo tienes.
Porque eres fuerte y duro...e indeciblemente humano.
Te amo porque llegaste.
Te amo aunque puedas irte, sin reclamos.
Porque en ti está mi centro y
la sonrisa -cierta- del reencuentro.

(Patricia Ivison, 2001)

Aún está vivo, aún quiere ser, aún espera...

La más bella historia de amor...

Últimamente me ha dado por jalar mis pies al suelo más de lo habitual, quizás por las circunstancias que me han rodeado en los últimos cuatro años de mi vida, las secuelas de ello, los miedos que me han surgido y que cargo desde mi infancia. Pero ayer me he topado con una historia sencilla, que podría ser digno argumento de una de esas películas Hollywoodenses donde la vida se vuelve rosa por un momento. La historia pertenece a un blog que conocí hace poco, el de Lehahiah (domingostarde), y se titula “La más bella historia de amor”. Es simplemente la historia de sus abuelos, tan real y conmovedora que parecería una novela de Isabel Allende o algo así. El caso es que movió mucho. Me movió una serie de deseos que están latentes y que cuido, protejo y celo como a ninguna otra cosa dentro de mi persona. Y es que siempre he sido creyente fiel de que el amor existe, el amor “a largo plazo”; y aunque he tenido la gran fortuna de ser una persona no sólo querida, sino amada, de haber conocido el amor, desde el más puro, ciego e inocente, hasta el más consciente, la verdad es que en el fondo de mi corazón sigo soñando con ese amor duradero, que supera los obstáculos, las crisis, las diferentes edades y etapas de la vida. Sigo soñando con algún día tener la oportunidad de vivirlo. Sigo soñando con llegar a vieja y tener a alguien conmigo (me viene a la cabeza la canción “When I´m sixty four”, de los Beatles), alguien que a través de la vida y los años se vuelva verdaderamente mi compañero, mi complemento y viceversa. Alguien con quién lograr ser cómplice y no sólo compañía. Alguien que me inspire tanta confianza y seguridad que pueda formar una familia. Y no sueño con la familia perfecta, que de entrada sé que no existe.
He pasado años tratando de enterrar este sueño, escudándome en que son otros tiempos, en que soy una mujer ambiciosa, en que yo crecí sin un modelo de pareja, etc.,etc... Mas siendo sincera, el sueño sigue ahí, aguardando pacientemente a que su portadora sea capaz de lograr el equilibrio que le permita crear las circunstancias y elegir lo mejor posible. Yo no sueño con el hombre perfecto. Para empezar, si existiera, estaría con la mujer perfecta, la cual estoy, felizmente, muy lejos de ser. A mí me gusta el factor humano, ese que nos hace buscar, amoldarnos, negociar, construir y crecer. No sé cómo se logra crear esa “historia de amor”. Quizá el primer paso ya lo he dado al reconocer que en verdad lo deseo. Sólo resta vivir y esperar, no a que el “factor destino” me lo ponga enfrente, sino a esperar a que el “factor yo misma” esté listo para encontrar y dispuesto a construir pensando en dos.

miércoles, agosto 11, 2004

Maravillas

A veces, en los momentos más inesperados, nos toca ser testigos de pequeños milagros que nos regala la Naturaleza. Sólo basta saber verlos y captar el mensaje...


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lunes, agosto 09, 2004

The Space Between

Una de esas canciones que me encantan y que finalmente pude conseguir, ironías de la vida, a través de la persona por la que la conocí , es The Space Between, de Dave Mathews y que siempre será una referencia a esos anhelos que se quedan atorados en el pasado. Hoy quiero escribirla porque es quizá una de las memorias más frescas que guardo y también porque me gusta mucho. Bueno, dejemos en paz las explicaciones y mejor la escribo:

The Space Between

You cannot quit me so quickly
There's no hope in you for me
No corner you could squeeze me
But I got all the time for you, love

The Space Between
The tears we cry
Is the laughter keeps us coming back for more
The Space Between
The wicked lies we tell
And hope to keep safe from the pain

But will I hold you again?
These fickle, fuddled words confuse me
Like 'Will it rain today?'
Waste the hours with talking, talking
These twisted games we're playing

We're strange allies
With warring hearts
What wild-eyed beast you be
The Space Between
The wicked lies we tell
And hope to keep safe from the pain

Will I hold you again?
Will I hold...

Look at us spinning out in
The madness of a roller coaster
You know you went off like a devil
In a church in the middle of a crowded room
All we can do, my love
Is hope we don't take this ship down

The Space Between
Where you're smiling high
Is where you'll find me if I get to go
The Space Between
The bullets in our firefight
Is where I'll be hiding, waiting for you
The rain that falls
Splash in your heart
Ran like sadness down the window into...
The Space Between
Our wicked lies
Is where we hope to keep safe from pain

Take my hand'
Cause we're walking out of here
Oh, right out of here
Love is all we need here

The Space Between
What's wrong and right
Is where you'll find me hiding, waiting for you
The Space Between
Your heart and mine
Is the space we'll fill with time
The Space Between...

Cacería de recuerdos

Anoche me encontraba seleccionando algunas de mis canciones favoritas para hacer una recopilación. Jamás creí que dicha tarea pudiera ser tan titánica. Por un lado, porque cada vez se me ocurrían más y más canciones, de las cuales algunas están en cassette y otras ni siquiera las tengo. Me parece que la “cacería” va a ponerse peor. He de encargarle a alguien con Internet por cable que me busque dos o tres canciones en la red y pedir ayuda para pasar a disco las que sí tengo en cinta. Ya una vez reunida la mayor cantidad de las canciones, tendré que proceder a hacer otra selección para que quepan en un CD que quedé de mandar. Pero eso no es lo más, eso es sólo un pequeño ejemplo de mi neurosis obsesiva que de vez en cuando brota. Lo verdaderamente colosal es la ola de recuerdos que llegaron a mi mente, desde mi primera infancia (como aquella canción de cuna que hizo mi padre), pasando por mi primer amor, las canciones que significaban rebeldía para mí, las primeras que canté, en fin... Toda una historia de amistades, épocas de mi vida, encuentros y desencuentros y aquellas con las que me identifico tanto como What a Wonderful World, El Caracol, Verbos en Juego, El escaramujo o Siento Vida. Y me encantaría poder incluír las que cantaba en la prepa con mi hermano y el “Woody”, qué se yo. Por horas todo se llenó de pronto de años, de esos que no se pueden medir como medimos el tiempo. Se llenó de gente, de atmósferas, momentos de mi vida, de historias, de risas, de lágrimas, de euforia, de melancolía, de esperanza. Y me puse a asechar memorias, a cazarlas y dejarlas libres dentro de mí, en mi jardín privado, ese que no se puede guardar en una foto, ni tomarle medidas. A pesar del desvelo, me desperté llena de vida y de ánimo para mi corrida matutina y hasta corrí más de lo que acostumbro. Tal vez me lleve un buen rato esta recopilación, pero vale la pena. Vale la pena recordar.

sábado, agosto 07, 2004

Mi piel

Mi piel es más que un órgano que pierde millones de células al día. Más que el suave resultado de un humectante. Más que la delicada capa que se enroncha con el frío o el sudor. Más que algunos granos, reminiscencia de mi adolescencia de hace años. Más que su color o su textura. Es mi conección directa con el mundo de las sensaciones.

Mi piel me descubre cada día y yo la descubro a ella. Me cuenta que aunque está nublado hace calor, que aunque esté soleado, el aire frío lo vuelve igual. Me dice cuando alguien se acerca y vibra. Se relaja si la tocan con dulzura y se tensa si la agreden. Mi piel sabe hablar conmigo, más allá de mis pocas palabras. Mi piel se comunica contigo y te busca y te llama. En un roce puede decir que te quiero, te deseo, me preocupas, estoy contigo, te entiendo, no te entiendo, te extraño, te escucho, te siento o que te vayas, y tantas cosas más, que escapan a mi mente.

Mi piel siente mis entrañas y las tuyas. Refleja todo lo que me callo y lo que no. Mis enojos, mis alegrías, mis aventuras, mis descuidos, mis hábitos, mis olores y los que atrapa del exterior.

Mi piel es elástica, cual hule, y le gusta estirarse o enroscarse, dependiendo el caso. Le gusta amoldarse a los abrazos y llenarse de energía.

Mi piel es el mapa de mi historia, con sus cicatrices y mis mañas. Es constelación de lunares desperdigados y orografía de valles y colinas, de planicies y abismos. Mi piel es otro espejo, uno de tantos, y el recuerdo de donde vengo, de mi origen.
Y siente, siente, siente, tanto como yo!

jueves, agosto 05, 2004

Los Amorosos

Me lo encontré, aún me le resisto, pero también hay cosas que no puedo evitar. Es famoso, lo escribió Jaime Sabines y me acompaña desde hace muchos años:

Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre "¡qué bueno!" han de estar solos.

Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.

En la obscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.

Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.

Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.

Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor como en una lámpara de inagotable aceite.

Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.

Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo, complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida Y se van llorando, llorando
la hermosa vida.

¡Apunten!...¡FUEGO!

Después de cuatro días de intensa batalla, todo terminó con la captura de la Esperanza, la Fe y un pelotón de memorias de toda clase. También se apresó a la palabra Quizás.
Ayer acudí al fusilamiento. De las tres que llegaron al paredón, la única sobreviviente fue la palabra Quizás; se le otorgó indulgencia. Sí, yo misma dicté la orden, la di al batallón y disparé a discreción contra contra la Esperanza y la Fe que de "nosotros" me quedaba. Así, una parte de mí moría, otra pedía clemencia, otra perpetuaba su "crimen" y la otra permanecía como expectador. Solamente decidí dejar de atormentarme con el mar de dudas y culpas que me ahogaba, de ese "nosotros" que nos ha mantenido al tanto del otro, de cada uno. Yo no sé si con esto se abra una nueva posibilidad (que al menos para mí es nueva) que pueda darnos la solución. La solución a los asuntos pendientes, la solución a no haber podido -o no haber querido- cerrar el ciclo.
Las memorias se escaparon antes de la ejecución y lograron esconderse... Sé que tarde o temprano saldrán y serán juzgadas, para bien o para mal.
Quizás dio los mejores "argumentos" para sobrevivir. Quizás sea la oportunidad de estar y no estar, de conservar la libertad o lo que logramos con ella. Quizás sea la invitación a reconstruír (aquí entra mi más grande escepticismo) o quizás sea la oportunidad para finalmente decirnos adiós y cerrar, en el momento en que nos sintamos listos. Aún así me encuentro triste... Quizás no haya tal libertad, quizás sólo soñamos con nuestra "egoísta" incompatibilidad, quizás aún nos buscamos con alguna esperanza, quizás sólo buscamos algo de congruencia. Quizás no sea este el tiempo de buscar o encontrar todas las respuestas. No lo sé... Quizás.

martes, agosto 03, 2004

Qué difícil es cerrar, cuando lo que te piden es abrir. Dejar de recorrer caminos que tan bien se conocen y se han andado, donde encuentras aún tus huellas frescas... Y donde alguna vez soñaste con todo tu deseo y tu voluntad.

Hoy, visitando los otros blogs que aconstumbro, me topé con unas palabras sencillas en Walking Around, que no podrían definir mejor lo que siento ahora, entre mis encuentros y desencuentros y todas esas cosas que pasan:

Alma, interior de nube y claridad,
la culpa es de la esperanza, de lo oculto,
del ánimo inhóspito del tiempo y del amor
¿Por qué el amor acerca cuerpos que no deben suceder?

Pido perdón por tantas letras que a veces tengo que tomar prestadas. Es sólo que a veces me echo a caminar y llegan a mí y se enlazan con mi mano.

Yo no sé por qué razón soy tan buena para tropezar tantas veces en el mismo lugar... Debe ser parte de la terquedad que me distingue. Quizás es parte del proceso...no lo sé. Sólo me pido un poco de honestidad a mí misma y responderme la pregunta que no pude responder la madrugada del domingo. Sigo buscando...

domingo, agosto 01, 2004

Pero no te extraño...

Hay confusión dentro de mí. Una traición a mi soledad. Un deseo. Un retroceso (?). El camino que mis manos tan bien conocen y que mi corazón borraba. Lo único que me llegaba como idea inteligible era el recuerdo de una canción de Liliana Felipe, que canta Eugenia León y que desde la madrugada no me deja. "Yo creo que Inés quiere dormir sola..."
(Tengo que aprender a meter audio, en cuanto aprenda lo haré con "La Bruja" y ésta)

Pero no te extraño
Pero no te extraño, hay veces que sueltan,
dentro de mi cuerpo, todos los delfines y
dos lobos marinos y como diez pingüinos
a hacer de las suyas creyéndome tuya
y yo no te extraño, me da mucha sed,
hasta que las bestias se duermen al bies.

Y me duermo sola, sin piyama en bola,
como la Inesita, que dormía sola di
dicen los que la aman, yo digo que dicen
los que no pudieron meterse en su cama,
yo creo que Inés quiere dormir sola,
aunque un regimiento se postre a sus pies.

Que es distinto a vos, porque ésto es de a dos,
con tu regimiento me agarra la tos.

Pero no te extraño, deben ser los años,
o los desengaños, los lobos marinos que
que comentan siempre nues, nuestro desatino
y yo no te extraño, estoy como el caño,
el caño de un baño, mojada por dentro y seca al revés.

Mejor me retiro, te mando un suspiro
repleto de a veces de amor y trasluz,
para cuando quieras elegir amores
sin promiscuidades como el avestruz,
que come y que traga y esconde el pescuezo
como si nomás le cantara yo a eso.


¿Sueño?

¡Beso que ha mordido mi carne y mi boca
Con su mordedura que hasta el alma toca!
¡Beso que me sorbe lentamente la vida
Como una incurable y ardorosa herida!

¡Fuego que me quema sin mostrar la llama
Y que a todas horas por mas fuego clama!
¿Fue una boca bruja o un labio hechizado
El que con su beso mi alma ha llagado?

¿Fue un sueño o vigilia que hasta mí llegó
El que entre sus labios mi alma estrujo?
Calzaré sandalias de bronce e iré

A donde esté el mago que cura me dé.
¡Secadme esta llaga, vendadme esta herida
Que por ella en fuga se me va la vida!

Juana de Ibarbourou