viernes, enero 28, 2005

El poder de Oblivion

Ella estaba recostada en la cama. Una gran tristeza se apoderó de su cuerpo y sus pensamientos. Se encontraba ante la inminente realidad del desamor que aquella abigüedad le estaba provocando. -"Qué triste"-, se repetía al darse cuenta de que ya le daba lo mismo si sucedían las cosas o no, si él llegaba o no, si cada quién hacía su vida y nadie necesitaba nada. El momento de decidir había llegado: elegir entre salvar un profundo y hermoso recuerdo y abandonar esa situación mientras aún hubiera algo de amor, o dejar que las ganas de que él la amara, junto con lo que ella sentía, se perdieran en el desgaste y la desgana del desenamoramiento.

martes, enero 25, 2005

Preguntas

El sábado me fui al Ágora de la ciudad a ver una película que me gustó muchísimo. La tradujeron como SAMSARA o "El discípulo". Altamente recomendable si de disfrutar y reflexionar, a conciencia o en el subconsciente, se trata. Una de las cosas que más me llamó la atención fue una frase casi al final de la película, o más bien, una pregunta:
¿Qué es más importante: satisfacer mil deseos o conquistar (o vencer) uno solo?
Sí que da tela para cortar, ¿no? Al menos a mí me ha dado mucha...

Del 24 de enero

Mi alma tiene vocación para hacerme sufrir y redimirse. Se recrea en verme debatiendo y de vez en cuando me da tregua haciéndome feliz. He encontrado fugas en mis ojos, fugas del alma, que lloran de felices, de tristeza, de enojo, de amor o de mil cosas...

domingo, enero 23, 2005

A veces me da vergüenza...

Sí, a veces me da vergüenza ser humano. Ser cómplice, de alguna manera, de las atrocidades de las que es capaz la humanidad: aprovecharse de la desgracia ajena, renunciar a toda ética con tal de solapar su ambición, destruir para construir, cerrar los ojos y el alma al futuro, ya ni siquiera porque el bienestar de todos y del planeta significa el éxito de nuestro habitar en la Tierra, el asegurar el futuro, el verdadero, no el de los millones acumulados. Porque sí, soy un ser humano, como tú, como ellos, como todos...

Desgraciadamente los que se levantan el cuello, o carroñeros (como les llama Sergi), con su ambición disfrazada de "buena voluntad", no comprenden que con la muerte de una persona por obra u omisión, (sin importar que sea un niño, o un preso, padre de familia, etc.) al igual que el de un pedazo de selva, o de bosque, o de un río, de un ecosistema... se muere una parte de nosotros, de nuestro derecho a pertenecer a este mundo y también muere parte de la única posibilidad de un futuro sustentable.

viernes, enero 21, 2005

Últimamente ha hecho bastante frío y a pesar de ello, luchando contra el ánimo al que invita un cielo gris de días, mi corazón sonrie dentro de una calidez excepcional. El tiempo sigue pasando, yo sigo organizándome y trabajando en todos mis pendientes, compromisos y proyectos... y por opciones no paramos!
En realidad mi necesidad de escribir hoy parte de la felicidad que me da que, a pesar de los tiempos difíciles en el trabajo (del que por problemas económicos sólo podremos recibir 9 meses de salario) y de uno que otro asunto pendiente que tenía que resolverse, aunque no fuera de manera agradable, afortunadamente me encontré con que por primera vez los integrantes de la orquesta en la que toco nos encontramos unidos, buscando la solución más viable para todos y no para unos cuántos, así como la oportunidad por vez primera de tratar directamente con los directivos y no con una persona que entorpecía y manipulaba toda clase de relación laboral dentro del Instituto y la orquesta. Pero además, para mi regocijo, el comienzo de este año me trajo el gran regalo del apoyo de mi familia que se unió para ayudarme en todos aspectos en lo que necesite mientras se estabiliza y define mi futuro, tomando en cuenta y alentando mis proyectos personales, desde el más sencillo, hasta el más ambicioso. Desde luego que no he parado de considerar opciones y trabajar en ello cuidadosamente. Sé que siempre he contado con ellos pero verlos, de alguna manera, caminando junto conmigo en este proceso de siembra y planeación es más que inspirador.
Por ahora sólo me toca no apanicarme y ser paciente y astuta en cada paso y decisión que tome.

miércoles, enero 12, 2005

Mundo

Mundo, mundo
yo me iré y tú te quedarás
donde brilla el Sol
donde ya ya no está,
donde ya no está...

Te rompiste de felicidad
me rompiste,
te quebraste de velocidad
y te fuíste.

Y no sé lo que vi en tu cuerpo
no sé lo que fui.

Esto no lo vuelves a llorar,
me dijiste
aquel día en que dentro de mí
te moriste.

Y no sé lo que vi en tu cuerpo
no sé lo que fui.

Ya me vienen a enterrar en tu cuerpo
y no sabrán
que te sueño enterrado en el mío
y llorarán
porque creen que te fuiste de golpe
sin saber que uno de a poco se va.
Mírame despidiendo tu cuerpo
y parte del mío que no volverá.

Alejandra Robles y Rafael Campos

viernes, enero 07, 2005

Un nuevo significado

A veces me da miedo poner en palabras conceptos y situaciones que he aprendido en procesos muy lentos y a través de la sensibilidad, más que de la razón, porque siento que al hacerlo su significado se vacía y se desgasta, perdiendo la fuerza y el impacto que tiene; sin embargo, esta vez encuentro necesario para mí tangibilizarlo de esta manera para que no se me olvide, o me sirva de brújula cuando no encuentre el rumbo.
Este fin de año me dejó muchas cosas, no sólo aquellas de las que ya hablé, sino también del significado de la confianza. Y es que lo que he aprendido se trata de que una cosa son los asuntos, situaciones y aspectos de la vida que decidimos compartir con las personas y el grado de responsabilidad que les -y nos- designamos en la interacción y otra es el espacio que abrimos y brindamos para hacer este intercambio, para ser y dejar ser, para fluir y coincidir. Es este espacio lo que yo llamo confianza... lo que he aprendido a llamar así. Y en este claro, que nosotros abrimos o cerramos a conciencia y decisión propia, es donde nos permitimos establecer vínculos de todo tipo, donde todos tenemos derecho a no ser perfectos y a tratar de entablar este contacto de la manera más sana y funcional que podemos. Así, los juicios y prejuicios dejan de tener sentido -que no la objetividad- y surge la posibilidad de apreciar todo desde una perspectiva más integral y por tanto, más enriquecedora y relajada.

lunes, enero 03, 2005

Un minuto de silencio?...

Me he quedado muda. Y no sólo muda; me he quedado con un nudo en la garganta y el alma de cabeza ante los acontecimientos del 26 de diciembre en Asia. No puedo fingir indiferencia y aunque estoy plenamente consciente de que no puedo hacer nada y de que la naturaleza tiene sus propias razones -aunque no podamos entenderlas, ni se vaya el sufrimiento haciéndolo-, duele. En esa parte del alma que está conectada con todos los seres humanos y con el resto del mundo se me forma un remolino de confusión y pesar. Y es que no es sólo por los miles de muertos, ni por los que se pudieron evitar con un adecuado sistema de prevención. Duele más por los vivos, por los que quedaron, por los que lo pierden todo, de lo poco que de por sí tienen, por el largo y tan lento proceso de recuperación. Porque de por sí en su vida diaria ya la tienen difícil.Duele porque pareciera que hasta la naturaleza castiga a los más pobres, a los que menos tienen y carecen de recursos para protegerse. Duele porque ahora son pretexto (y que a fin de cuentas ojalá sirva de algo) para que Bush y Blaire se den aires de altruistas y aumenten su popularidad.
No me basta un minuto de silencio... No me basta saber las cifras oficiales, ni las cuentas que han sido abiertas para enviar el dinero a las naciones afectadas. No me basta saber de la ayuda humanitaria que llega a cuenta gotas. No soy una Madre Teresa, ni siquiera un "Topo", ni paremédico, ni nadie que pudiera ser de utilidad. Sólo soy una persona común y corriente que ofrece su humilde silencio y oraciones ante la impotencia en la que me encuentro. Sólo eso puedo ofrecer como muestra de todo mi respeto.