lunes, enero 03, 2005

Un minuto de silencio?...

Me he quedado muda. Y no sólo muda; me he quedado con un nudo en la garganta y el alma de cabeza ante los acontecimientos del 26 de diciembre en Asia. No puedo fingir indiferencia y aunque estoy plenamente consciente de que no puedo hacer nada y de que la naturaleza tiene sus propias razones -aunque no podamos entenderlas, ni se vaya el sufrimiento haciéndolo-, duele. En esa parte del alma que está conectada con todos los seres humanos y con el resto del mundo se me forma un remolino de confusión y pesar. Y es que no es sólo por los miles de muertos, ni por los que se pudieron evitar con un adecuado sistema de prevención. Duele más por los vivos, por los que quedaron, por los que lo pierden todo, de lo poco que de por sí tienen, por el largo y tan lento proceso de recuperación. Porque de por sí en su vida diaria ya la tienen difícil.Duele porque pareciera que hasta la naturaleza castiga a los más pobres, a los que menos tienen y carecen de recursos para protegerse. Duele porque ahora son pretexto (y que a fin de cuentas ojalá sirva de algo) para que Bush y Blaire se den aires de altruistas y aumenten su popularidad.
No me basta un minuto de silencio... No me basta saber las cifras oficiales, ni las cuentas que han sido abiertas para enviar el dinero a las naciones afectadas. No me basta saber de la ayuda humanitaria que llega a cuenta gotas. No soy una Madre Teresa, ni siquiera un "Topo", ni paremédico, ni nadie que pudiera ser de utilidad. Sólo soy una persona común y corriente que ofrece su humilde silencio y oraciones ante la impotencia en la que me encuentro. Sólo eso puedo ofrecer como muestra de todo mi respeto.

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