23 de julio...A mi papá
Papá, el dolor se imprimió en el tiempo y floreció al paso de los años. Ahora tu presencia es un amor que me nutre y me hace comprender mejor mi origen y mi camino; el rumbo de muchas de mis decisiones. Evadí tanto tiempo tu dolor dentro del mío, evadí tanto tiempo tu ausencia en vida, que no fui capaz de sentir hasta mucho después que lo esencial de ti estaba impreso en mi persona, más allá de tus faltas humanas, más allá de mis culpas y más allá de lo que la conciencia puede llegar a descifrar.
Aprendí a tomarte y aceptar el maravilloso lazo de vida que nos une, aprendí a tomarte sin que mis juicios y reclamos interfirieran y te dejé partir con la fuerza del amor y de la vida.
Hoy sigues en mí, con toda esa fuerza, con toda la vida y con todo el amor, y te observo manifestándote en mi vida cotidiana. Después de 14 años te sonrío en esta fecha porque como dice la canción: "Mentira que te hayas muerto, nomás estás fallecido". Vives en mí.
Te amo.