Como si nada...
aquella a la que renuncian, aquella de la que tanto hablan y a la que, en el fondo, tanto temen.
¿Por qué nos han enseñado a ser temerosos? ¿Por qué nos cuesta tanto entender que el miedo destruye y el amor construye?
Sí; también hoy puedo ver en mí aquella belleza y capacidades a las que he renunciado; de las que me he cansado de hablar y a las cuales, en realidad, he temdo tanto.
Me declaro en silenciosa marcha...
Y no, jamás podré contemplar estas cosas como si nada. Como si nada me convierte en un desperdicio, en indiferencia y en omisión.