Sobre temas difíciles
-Los matrimonios gay
-La legalización del aborto
-La adopción de niños por parte de parejas homosexuales
Sobre el primer punto, quisiera empezar por afirmar el hecho de que la homosexualidad no es antinatural: existe con el ser humano desde que apareció en la Tierra, siglos culturas e historia lo han documentado, además de observarlo en otras especies. Así es, la homosexualidad y hasta la bisexualidad son parte del ser humano desde siempre. No solamente tenemos el "chip" de la reproducción como guía fundamental de nuestro instinto. El impulso sexual existe, sí y efectivamente tiene una función reproductiva, sin embargo, no todo en la naturaleza es siempre funcional o tiene una razón de ser (pregúntenle a cualquier biólogo serio que haga investigación; no siempre se encuentra razón de ser a todo lo que ocurre) y, si me lo permiten, para mí la oportunidad de que las personas puedan ejercer su sexualidad e instintos sin riesgo de concepción, sería un verdadero anticonceptivo natural como especie. Por otra parte, la homosexualidad no siempre es "producto" de un trauma o condicionamiento. Si no, ¿cómo explicaríamos que en una misma familia existan miembros heterosexuales, bisexuales y/o homosexuales? Y en realidad no importa si se trata de una familia adinerada, de escasos recursos, religiosa, a tea, preparada, culta, ignorante, etc. La realidad es que es parte cotidiana de nuestra naturaleza y le tememos, así como tememos aceptar muchos otros aspectos de nuestra condición humana. Y bien, partiendo de la aceptación natural de las preferencias sexuales, están otros aspectos fundamentales también: derechos humanos (que incluyen los derechos legales) y control-compromiso sanitario. Si en nuestra sociedad pugnamos por la equidad de derechos, por la tolerancia y por la inclusión, ¿por qué privar a un grupo de personas del derecho de hacer público y legal un compromiso de cercanía, amor, respeto, fidelidad, etc.? No sería mejor reconocer sus derechos y asimismo, conscientizar de las obligaciones y compromisos que éstos conllevan? No se trata de "romanticismos progresistas", se trata, en el fondo, de decirle a la gente: acepto quién eres y te pido entonces que te muevas con responsabilidad, dentro de la ley, en un verdadero compromiso con tu pareja, con tu sociedad y con las mismas responsabilidades morales y sanitarias de un matrimonio heterosexual. Darles derechos legales a las parejas homosexuales implicaría cerrarle la puerta a abusos familiares ("primero te rechacé y ahora que te mueres quiero tus bienes") y que sea la persona que en verdad estuvo cerca y pendiente quien tenga derechos como cónyuge a una herencia, a servicios de salud, a vivir fidelidad, a estar amparado por la legalidad. Algunas personas miran a esta minoría con desprecio y pensando que son promiscuos e invasivos. Yo sé que no son ni más promiscuos ni más invasivos que los individuos heterosexuales y, en mi experiencia propia, he padecido abusos y perversiones de hombres heterosexuales desde que era niña y jamás por parte de una mujer. Por otra parte, muchas personas argumentan que el matrimonio tiene, a fin de cuentas, el enfoque y naturaleza de proteger la reproducción y la familia. Sin embargo, ¿cuántos matrimonios hoy en día no quieren tener hijos? ¿O cuántos matrimonios tienen hijos, pero simplemente no se hacen cargo de ellos, en todos o en algún aspecto? Y esto, me lleva a los siguientes dos puntos:
Del segundo punto, puedo decir que es necesario permitirlo. Con esto no pretendo solapar la irresponsabilidad del ejercicio sexual, ni cuestiono el derecho a la vida. Más bien, por eso mismo y partiendo del hecho de que los abortos clandestinos son un problema de salud pública y causa importante de muerte en mujeres, creo que debe legalizarse. Hay tanta corrupción en el tema, cantidades enormes de dinero e intereses que lo mejor sería legalizarlo, supervisar la práctica y no depender solamente de la ética profesional o nivel de preparación que de suerte le toque a la persona que tuvo que recurrir al aborto. Primero que nada, hay que entender que muchas mujeres en verdad recurren al aborto por necesidad: muchas veces porque su condición económica no les permite solventar la llegada de un bebé (en muchos casos porque ya se tienen demasiados hijos y la situación de la familia es muy precaria), muchas veces porque es producto de un abuso, o porque la madurez psicológica indica que no es una buena idea dar a luz. Muchas veces, se vuelve un tema de derechos humanos, por la cantidad de mujeres que son manipuladas, abusadas, asesinadas por una mala práctica seudo-médica y hasta encarceladas injustamente cuando se presenta un aborto espontáneo, por simple difamación de alguna persona. Y al final, la pregunta es más simple: ¿para qué traer al mundo una criatura que no podrá ser acogida y criada como merece? Yo soy madre y he sentido el instinto a todo lo que da en mí, soy feliz y orgullosa de serlo y aún así, sé del sacrifico que implica y el esfuerzo que es, a pesar de que es el amor y la misma naturaleza que me mueven. Por mi propia experiencia, como persona, como hija, como madre, como pareja, he aprendido que la gran mayoría de los problemas en el mundo han surgido de la falta de amor. Criar a una persona sin amor, sin desearlo, repercute en violencia y abuso infantil en cualquiera de sus acepciones, que a su vez, generalmente repercute en seres humanos que crecerán dañados emocional y psicológicamente y pocas veces tendrán en su vida adulta la oportunidad de sanar integralmente su ser y encontrar oportunidades de crecimiento y desarrollo personal, humano y económico, porque además, seamos honestos, la sociedad también ve con desconfianza y tabú las distintas terapias psicológicas. ¿Cuántos niños abandonados no conocemos? ¿Cuántos niños explotados por sus mismas familias por no ser capaces de asumir una responsabilidad? ¿Cuántos chicos no vemos sumergidos en depresiones, situaciones de abuso o de drogas debido a la falta de atención, amor, cuidado, afecto y cercanía de sus padres? ¿En qué se convierten estas personas? La vida merece una oportunidad, es cierto, pero no se trata de "poblar" y ya. Se trata de ser capaces de darle los elementos a una criatura de tener una buena vida y la realidad es que no siempre se está preparado, ni es posible. Lo cierto es que incluso el cuerpo, cuando algo no anda bien fisiológicamente, desecha el feto de manera espontánea para evitar complicaciones posteriores; es parte de la programación del cuerpo; así que ¿qué nos hace pensar que no exista también un rechazo emocional y psíquico cuando no hay las condiciones para acoger un pequeño?¿Es justo para un feto sentir el rechazo y falta de amor desde su concepción? ¿En qué puede terminar una historia así? ¿Es justo seguir trayendo a este mundo niños maltratados y con desamor que perpetuarán el ciclo? ¿Cuántas opciones reales tienen? Estoy consciente de que al final, el instinto y la integridad emocional y/o ética son la guía para tomar decisiones así. Estoy consciente también de que sí hay oportunidad de que una persona pueda rehacer su vida aún si no fue deseado y lo padeció en mil maneras y estoy conciente también de que hay repercusiones psicológicas y emocionales cuando se presenta el caso de un aborto (incuso espontáneo). sin embargo, no podemos negar la otra cara de la moneda: la vivimos a diario con gente dañada que no tiene escrúpulos, con niños abusados, explotados y con chicos que miramos abandonados, deprimidos o metidos en ciclos y situaciones destructivas por falta de amor y de compromiso de sus padres.
Y, habiendo concluido con este tema, finalmente llego al tercer punto, donde las conclusiones del primer y segundo punto me han llevado a comprender que, si finalmente ya hay tantos niños que merecen un hogar amoroso y condiciones de vida dignas, ¿por qué no permitir que sea un matrimonio gay quien se los proporcione? ¿No es, acaso, la aspiración de una familia formarse y apoyarse en el compromiso del amor? ¿No sería más familia ésa, que la de la pandilla, la del explotador, la del padre o madre golpeadores, que la del hospicio, que la de la soledad? Antes de dar una resolución de adopción, se hacen estudios psicológicos y socioeconómicos para saber si la familia o persona que pretende adoptar un niño es apta o no, pues será un compromiso de vida. ¿Qué nos hace pensar que la preferencia sexual es un condicionante de aptitud, vocación, responsabilidad y amor? ¿Qué nos hace pensar que una persona que ha sabido lo que es la represión condicionará a un niño a tener sus propias preferencias sexuales? ¿No será que más bien enseñarán a su (s) hijo(s) los principios del respeto, tolerancia, aceptación de la diversidad y el amor incondicional mediante el ejemplo? ¿No será que esos niños que esperan ser amados y acogidos merecen esa oportunidad? Seguramente hay que tomar en cuenta muchísimos puntos, no sólo en los aspirantes a adoptar, sino también en los niños, como su deseo y apertura a vivir en una situación así. No es un tema fácil, pero creo que sí traería más beneficios a la larga. Al menos creo que vale la pena intentarlo y ver los resultados dentro de unos años.
Como aclaración, para quienes estén pensando toda clase de cosas, yo soy una persona heterosexual, pero que entiendo y abro mis ojos a la naturaleza del mundo y de las cosas y que piensa que el único camino para que la humanidad deje de autodestruirse y llevarse al mundo entre las patas, es el amor, el respeto, la compasión y la tolerancia. La no aceptación de los otros, es, en realidad, el reflejo de la no aceptación de uno mismo.