miércoles, marzo 02, 2005
Pues bien, esta semana he estado "del tingo al tango", como hace mucho tiempo no lo estaba. El asunto de la orquesta va caminando, lentamente, pero encaminado y determinado a resolverse (al menos de nuestra parte). El sábado publicaron la carta en el Diario de Xalapa y ayer pude entrevistarme con el presidente de la cámara de diputados, quien se portó verdaderamentemente atento e interesado en el caso. Me explicó lo que la cámara puede hacer ahora y lo que ya no, pero sobretodo, me asesoró y aconsejó del camino y la manera para darle continuidad al asunto y se ofreció como intermediario con el gobernador del estado, así que hay que poner manos a la obra para conseguir una audiencia y se le pueda presentar algo muy bien sustentado y argumentado. Mañana se va a hacer una pequeña reunión con la gente de la orquesta para explicarles qué fue lo que platiqué con el diputado, lo que platiqué hoy con el administrador del Instituto y para formar una comisión que represente a la orquesta y que pueda trabajar en conjunto con la dirección y la administración del ISMEV. Confío en que los compañeros sabrán elegir a gente creativa y propositiva y no conflictiva conflictiva ni grillera. Por ahora estamos preparando concierto para el 10 de marzo, en la Iglesia de San gerónimo, en Coatepec.
Puedo contar que sigo trabajando contactando gente, consejos estatales de cultura y enviando carpetas y paquetes de Jugosos Dividendos, además de ensayar, gestionar un pequeño préstamo para financiar la página web (que esperemos esté lista la semana que viene a más tardar) y en juntas de trabajo con los que estamos haciendo labor ejecutiva. Ahí la llevamos. Con el cuarteto ya comenzamos ensayos y clases y me siento entusiasmada de poder trabajar de nuevo y no pensar en éste para los arreglos, sino para lo que más nos gusta que es hacer música juntos.
Algo que me ha puesto muy feliz es el reencuentro con gente querida de mis épocas de secundaria, que tengo años de no ver y con quienes ya se está planeando un encuentro. Es curioso ver cómo han pasado los años y en esencia seguimos siendo los mismos.
Ya para terminar esta pequeña reseña, no puedo dejar pasar que después de meses de haber leído las impresiones de los amigos españoles sobre la película de Mar Adentro y de esperar con verdaderas ansias que llegara a México, finalmente pude ir a verla... No tengo palabras para las actuaciones, la dirección, el ritmo, la música (en especial dos de las piezas) y la estructuración de la historia, que en ningún momento, desde mi punto de vista cae en sentimentalismos ni amarillismo. Me parece una película muy bien lograda en todos sentidos y vaya... yo también quisiera sumergirme en ese mar de amor a la vida (a su verdadero sentido), a la dignidad y a la eternidad, desde lo que me toca como ser humano y circunstancias personales. La poesía final cierra de una manera que no podía ser de otra forma: impresionante.
Bueno, pues es hora de irse a dormir, porque en vez de tener los ojos ojerosos, más bien parece que tengo ojeras ojosas. Es uno de los cansancios más felices y reconfortantes que he sentido, porque no hay como trabajar por las cosas en las que uno cree y ama.
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