miércoles, abril 02, 2014

¡Un año!

Hoy mi hijo cumplió un año y en este tiempo me ha dado tantas cosas y enseñanzas, tanto amor sin medida, que jamás sabré cómo agradecérceselo. Con su llegada, conocí el verdadero significado del amor y mi capacidad de amar. A través de él he aprendido sobre el perdón, sobre la necesidad de una sonrisa, de una caricia; sobre la maravilla que es el mundo y lo mágico que es descubrirlo y descubrirse a uno mismo a través de sus ojos, sus juegos, sus expresiones y todo. He aprendido a vivir y respirar su presencia constante y aunque me haga pedir esquina, soy feliz de verle tan activo, porque sé que significa que está sano y que es un noño dichoso que se sabe amado y respetado. He aprendido a ceder y a ser firme con dulzura. He preferido decirle "no" lo menos posible y en vez de eso enseñarle opciones y explicarle las cosas, sin subestimar su entendimiento. He encontrado como prueba más contundente de que entiende bien las cosas, de que cuando se trata de algo banal, prosigue en su empeño (!como morder la zuela de los zapatos!) pero cuando se trata de algo trascendente, de una situación delicada, como con la muerte de su abuela, las ausencias de su papá por tener que cuidarla; mi regreso al trabajo o su reciente destete forzado por encontrarme enferma, de alguna manera, despues de que se le explican las cosas de manera clara, sencilla, íntimamente, los cambios han costado menos trabajo. Me siento felíz de haber estado ahí el primer día qué sonrió, que comió, que dijo papá, mamá, bebé, "titi" (chichi); la primera vez que gateó, que se levantó él solo, que se quedó parado sin sostenerse y hasta una aventurera vez en que sse ha arriesgado a dar dos pasitos. Pero lo más maravilloso es saber que ese amor que nos tenemos, este idilio que nos traemos y su desarrollo tan rápido, me hacen comprender la importancia del instante, porque es el momento presente el que nos presenta una maravilla y un milagro real.


Nunca pensé que sería tan cansado, así como tampoco imaginé que me podía yo llegar a ser tan feliz y, aunque él no es el centro, ni la razón, ni el generador de mi felicidad, sino yo misma; el hecho de poder compartir cada momento suyo y mío, en completa intimidad, con esa conexión especial que sé que jamás se perderá son una de las bendiciones más grandes de mi vida.


Así que gracias, hijo. Gracias Emmanuel, por cada sonrisa, por cada lágrima tuya y mía, por nuestra complicidad, por nuestro canto compartido y único, por tu inmenso amor, generosidad y simplemente por llegar a inundarlo todo de ti. Te regalo mi compromiso de vida y te deseo que seas muy feliz!

martes, septiembre 13, 2011

Hoy quisiera cerrar los ojos, callar la voz, soltar mi carga.
Hoy quisiera sentirme liviana, ser semilla de diente de león...
Y así, como una semilla, llena de vida latente,
dejarme caer en la tierra,
germinar donde sea y volver a florecer.
Volver a ser, una y otra vez...
Perpetuar el ciclo de la vida.

Quisiera no escuchar las cosas que se escuchan,
quisiera soltar mis angustias y las de otros.
Quisiera entender quién soy sin lo que me conforma,
encontrarle sentido a las cosas.
Y sin embargo el amor me habita,
su certeza, su esperanza,
es lo único que reconozco como verdadero en mí.

¿En qué punto podemos encontrarnos
sin que la realidad nos sorprenda
jugando sinsabores, inventando problemas?
Hace mucho que dejé de creer en las fronteras,
en tantos dioses, en tantas ideas...

Anhelo la simpleza de las cosas,
lo sencillo de percibir sin que nada suceda.
Anhelo la plenitud de la inocencia,
volar en los deseos y que éstos se cumplan,
sin necesidad de que así sea.

Mi fe está en la sola existencia,
en la capacidad de elegir,
de comprender, de observar
y en la empatía.
Mi vida puesta en manos y al servicio de la vida.
Es lo que me queda...
¡y esa es la razón de mi alegría!

sábado, julio 23, 2011

23 de julio...A mi papá

Era de noche y recuerdo la llamada. Sabíamos que la posibilidad de que algo así pasara era muy grande, pero no estábamos seguros de que ya fuera la hora. Recuerdo con mucha nitidez cada momento, desde que pasaron por mí mi hermana y su esposo, el trayecto al hospital y cuando la cuidadora nos dio la noticia entre lágrimas. Y recuerdo bien no haber podido mirar cuando sacaron tu cuerpo cubierto por aquella sábana...Recuerdo esa mezcla de dolor, culpa y alivio al mismo tiempo. Las lágrimas, las llamadas, la incapacidad de hacer nada... Los amigos, la familia...todo está grabado en mi memoria con tanta nitidez como el mismo día.

Papá, el dolor se imprimió en el tiempo y floreció al paso de los años. Ahora tu presencia es un amor que me nutre y me hace comprender mejor mi origen y mi camino; el rumbo de muchas de mis decisiones. Evadí tanto tiempo tu dolor dentro del mío, evadí tanto tiempo tu ausencia en vida, que no fui capaz de sentir hasta mucho después que lo esencial de ti estaba impreso en mi persona, más allá de tus faltas humanas, más allá de mis culpas y más allá de lo que la conciencia puede llegar a descifrar.

Aprendí a tomarte y aceptar el maravilloso lazo de vida que nos une, aprendí a tomarte sin que mis juicios y reclamos interfirieran y te dejé partir con la fuerza del amor y de la vida.

Hoy sigues en mí, con toda esa fuerza, con toda la vida y con todo el amor, y te observo manifestándote en mi vida cotidiana. Después de 14 años te sonrío en esta fecha porque como dice la canción: "Mentira que te hayas muerto, nomás estás fallecido". Vives en mí.

Te amo.

viernes, julio 22, 2011

El tiempo pasa y nos vuelve distancia.
Trecho que se acorta en la esperanza.
Quiero recorrer el camino
Que me lleve a tu boca.
Quiero ser el Sol
Que te sorprenda una mañana,
Cuando todo se haya dicho,
Cuando nada se esconda.

Los sueños son mi morada
El lugar donde vivo y vuelvo
Donde muero y renazco
De vez en vez.
Hoy me habitas
Con tus sonrisa inundando todo,
Con tu mirada que me lleva
En onírico deseo.

Y anhelo tu risa, su dulce sustancia;
Descubrir cómo se acomoda en mi recuerdo.
Quiero caminar tu historia
Y dejar sobre ella mi estampa.
Quiero tejer existencias,
Descubrir contigo el punto exacto
Donde la dicha se encuentra
Y las vidas se tocan.

El tiempo pasa y los caminos se encuentran,
Memorias que no ceden con la jornada.
Mis labios besan tu nombre,
Y te sueñan conmigo,
Contemplando la Luna;
Sin otro silencio que no sea la paz,
Gratitud de lo eterno compartido,
Y una sola verdad.

domingo, julio 10, 2011

El viento sopla,canta tu nombre con dulce acento.
Es tu presencia como mi música:
ansiada, necesaria, indiscutible.

jueves, julio 07, 2011

En la isla a veces habitada, "Provavelmente alegria", 1985. José Saramago

(Traducción obtenida de http://seikilos.com.ar/seikilos/2010/06/tres-poemas-de-jose-saramago/)

En la isla a veces habitada de lo que somos,

hay noches, mañanas y madrugadas en que no necesitamos morir.

En ese momento sabemos todo lo que fue y será.

El mundo se nos aparece explicado definitivamente

y entra en nosotros una gran serenidad, y se dicen las palabras que la significan.

Levantamos un puñado de tierra y la apretamos en las manos. Con dulzura.

Allí está toda la verdad soportable: el contorno, la voluntad y los límites.

Podemos en ese momento decir que somos libres, con la paz y con la sonrisa de quien se reconoce

y viajó alrededor del mundo infatigable, porque mordió el alma hasta sus huesos.

Liberemos sin apuro la tierra donde ocurren milagros como el agua, la piedra y la raíz.

Cada uno de nosotros es en este momento la vida.

Que eso nos baste.

Aquí va el original:

Na ilha por vezes habitada, "Provavelmente alegria", 1985

Na ilha por vezes habitada do que somos,

há noites, manhãs e madrugadas em que não precisamos de morrer.

Então sabemos tudo do que foi e será.

O mundo aparece explicado definitivamente

e entra em nós uma grande serenidade, e dizem-se as palavras que a significam.

Levantamos um punhado de terra e apertamo-la nas mãos. Com doçura.

Aí se contém toda a verdade suportável: o contorno, a vontade e os limites.

Podemos então dizer que somos livres, com a paz e o sorriso de quem se reconhece

e viajou à roda do mundo infatigável, porque mordeu a alma até aos ossos dela.

Libertemos devagar a terra onde acontecem milagres como a água, a pedra e a raiz.

Cada um de nós é por enquanto a vida.

Isso nos baste.
Miré sus manos y ahí estaba todo escrito. Cicatrices de la infancia, arranques de la juventud, descuidos y las quemaduras de la última horneada. Las uñas cortas y finas, con una capa de barniz transparente. Miré los callos en las yemas de sus dedos y en los pulgares. Reparé en la longitud y delgadez de sus manos, que eran fuertes y de trabajo. Toda esta dureza contrastaba con su suavidad y una feminidad inesperada, de algún modo. No se trataba de unas manos estéticas, realmente, pero yo observaba un cierto encanto en ellas. Se trataba de manos inquietas y curiosas, sin duda, pero algo me decía también que sabían ser dulces y sutiles y sonreí ante semejante combinación de fortaleza y delicadeza. Observé cada ademán y movimiento…no son manos calladas, no. Todas las manos hablan, sin duda, pero este par contaba tantas historias que me abrumé. De pronto imaginé cómo acarician, cómo agarran, cómo pulsan sus cuerdas, cómo amasan, como cargan, cómo toman la mano de un niño; qué texturas y lugares han tocado, con qué paisajes y aguas se han encontrado, cuántas rabias y sueños habrán vivido y despertado, cuántas pasiones y cuántos momentos de éxtasis físico o espiritual habrán experimentado. Pensé en cómo vibran, cómo sienten el sonido. Vi que eran manos sinceras que no saben guardarse las cosas. Manos que no ocultan sus vivencias ni lo que ocurre en la persona. Y entonces supe que ahí quería estar, con esas manos que no saben lo que es rendirse y que tienen tanto para dar.