Por un poco de esperanza y dignidad

Me atrevo a afirmar que la mayoría de la gente de este mundo quedamos atónitos ante los resultados de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Si bien es verdad que nadie veíamos a Kerry como redentor, al menos representaba la esperanza de que la cordura y dignidad de los norteamericanos surgiera, ya no sólo por lo que Bush ha hecho al resto del mundo, sino por lo que le ha hecho al propio pueblo estadounidense: violación de sus garantías individuales, miles de soldados (provenientes de las minorías, desde luego) muertos por la invasión-intromisión-violación a Irak, un déficit millonario con cifras históricas, cuatro millones más de desempleados (en estadísticas oficiales, claro está) en cuatro años, el peor sistema de salud y asistencia pública del mundo, reducción del presupuesto para educación, salud e investigación, el deterioro en la relaciones diplomáticas con otros países y la conocida política del terror que ha venido sembrando y, degraciadamente, resultando en el control paranoide de las mentes de sus ciudadanos. Es sabido por mucha gente que la comodidad de vivir en las condiciones que sea, con tal de que tomen decisiones por uno y no tener que esforzarse por hacerse responable de si mismo, son las que facilitan el camino hacia el control de las masas, hacia el famoso "coco wash" y la renuncia a uno mismo. Así, los estadounidenses demuestran una vez más, que su miedo no es a los terroristas, sino a hacerse responsables de sí mismos, de su propia ceguera. Y en estas decepcionadas reflexiones me encontraba, cuando recibí un correo electrónico de una amiga a la que quiero mucho. Ella es estadounidense, gringa anti-yanki, para acabar pronto. Activista desde que recuerdo y ferviente luchadora por la razón y sensatez en sus compatriotas, por la paz y los derechos humanos y civiles. Me tomo la libertad de transcribir su carta, conmovedora y con una gran fuerza y dignidad. La misma de aquellos que no se dan por vencidos en la lucha constante de la conciencia y la responsabilidad, propia y social:

"What can I say. I apologize for the shear ignorance and hatred of alarge number of people in my country. This election should not haveeven been close. In reality, if all citizens who wanted to vote were allowed to and all those votes were counted correctly, I belive John Kerry would have won (see http://www.commondreams.org/views04/1104-36.htm andhttp://www.commondreams.org/views04/1104-38.htm). Regardless of that fact / hope, we are all stuck with Bush for another 4 years unless we can find a way to get him impeached (thrown out of office for wrong doing) first. Also regardless of that fact, there are many people who somehow think that Bush is doing a good job. I don't understand it. I offer my sincerest apologies for not having been able to get this guy out of office despite all the hard work of myself and many many others. I guess there is some consolation in the fact that at least half the country hates this man's guts. This is little solace, however, as heand his administration continue to abuse the many wonderful citizens oft his great world. Sigh. Please know that I have thought often of youre-mail reminding me and H. that it is our job as Americans to get Bush out of office. I know the rest of the world doesn't get to vote yet will feel the brutal results of this election more than the people here in the US (who will still but quite hurt by it, I'm sure). Please also know that I have tried to make a change happen, as have many of my friends. We are working against a powerful, well-funded, and crafty foe. It will be a difficult struggle, but I believe we must continue to fight for our rights and for a government that will be a positive member in the family of nations."

Mi querida K., admiro esa fuerza tuya, tu indignación y gracias por recordarme que no todos son iguales, que hay gente conciente y responsable como tú.

No me queda mas que desearle lo mejor al pueblo estadounidense, que ojalá algún día despierte de su letargo y no permita que Bush siga haciendo del mundo su caja chica -o grande- y el lugar de recreo de todos sus delirios, poder y ambición.