martes, octubre 05, 2004

Serena

Sólo las hadas, creo yo,
pueden censar las aves,
zurcir las hojas rotas
con la saliva de las babosas,
recopilar las blandas huellas
de chuparrosas.

Sólo la savia, creo yo,
sabe a lo que tú sabes,
¡qué cantidad de tentación
poder quemar tus naves!

Saberte un libro de secretos,
confiarte el truco de mis llaves,
¡qué cantidad de tentación
poder quemar tus naves!

Serena y cándida alma en paz,
que de un jirón toda te vas,
te estoy queriendo en el imán
de tu jamás.

Serena y cándida,
trampa de orquídea y pan,
igual que tú, los astros van
en miles de velocidad
sin derramar gota de agua,
mientras me mina tu humedad,
tu droga todavía es calma.
Y espero así llegar la edad
del curso migratorio de tu alma...

Rafael Campos
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Hoy fue un buen día, con todas sus cosas y salvo el ruido de las tres construcciones que rodean la casa donde vivo, que me vuelve loca y no ayuda mucho en esto de encontrar calma, puse un pie en el camino que buscaba. Hoy ha sido un día dulce, a pesar de todo lo que aún no encuentra su lugar, o su razón, o su entrada o su salida, en el primer paso al lugar donde me hallé, es decir, donde me encontré a mí misma. He cantado mucho, mucho... y el canto le da vida a mi alma, al igual que la risa, y me ayuda a darle vida a todo lo demás: el trabajo, la rutina, el estudio, los proyectos. Así que con permiso, que me voy a seguir cantando...

1 Comentarios:

Blogger Anuky dijo...

Me alegra que tuvieras un buen día, Paty, y verte tan animada. Yo también canto mucho, aunque curiosamente, siempre llueve después, jeje!!

Besitos

6:42 a.m.  

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