Serena
pueden censar las aves,
zurcir las hojas rotas
con la saliva de las babosas,
recopilar las blandas huellas
de chuparrosas.
Sólo la savia, creo yo,
sabe a lo que tú sabes,
¡qué cantidad de tentación
poder quemar tus naves!
Saberte un libro de secretos,
confiarte el truco de mis llaves,
¡qué cantidad de tentación
poder quemar tus naves!
Serena y cándida alma en paz,
que de un jirón toda te vas,
te estoy queriendo en el imán
de tu jamás.
Serena y cándida,
trampa de orquídea y pan,
igual que tú, los astros van
en miles de velocidad
sin derramar gota de agua,
mientras me mina tu humedad,
tu droga todavía es calma.
Y espero así llegar la edad
del curso migratorio de tu alma...
Rafael Campos
------------------------
1 Comentarios:
Me alegra que tuvieras un buen día, Paty, y verte tan animada. Yo también canto mucho, aunque curiosamente, siempre llueve después, jeje!!
Besitos
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal