Miedos, fantasmas y soledades
Me tengo miedo. Soy el miedo más grande y poderoso que tengo. Le temo a lo que pueda hacer o no hacer de mí… y esa es precisamente mi perdición. Le temo a mi falta de fe, a mis insultos, a subestimarme, a fastidiarme y a dejarme sola. Le tengo miedo a mi propio juez y a mi crítico, a “no dar el ancho” y a dejar de invertir tiempo en mí. Le temo a mi propio rechazo, a mi autoultraje, a mi propia ira. Le temo a dejar de amarme y de luchar por mí y para mí. No quiero compasión; sólo quiero aprender a desprenderme de estas cosas y tomarme de las manos yo misma y llevarme a donde quiero.
Cuando terminé de escribir, me di cuenta de que lo que toda la vida había yo nombrado como "miedos" eran consecuencias de estas cosas. Entonces fui capaz de mirarme al espejo y aceptar y reconciliarme con la imagen que tenía enfrente. Fui capaz de tomarla, reconocerla y amarla. Fui capaz de generar fuerza y decisión y, sobretodo, de generar esa fe, que mueve más que montañas: Nos mueve a nosostros mismos.
Espero, de corazón, que Garrik sea capaz de mirarse al espejo, de aceptar, acoger y amar lo que mire, pues lo que está detrás de nosotros es lo que nos hace ser de manera integral. Así como Atreyu, con valor, paciencia y esperanza, logró llegar al Oráculo del Sur. Se trata de hacer y enfrentar retos desde un punto de vista constructivo y creativo, en vez de luchar contra nosotros mismos.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal