jueves, abril 21, 2011

El desarrollo del desapego

Hoy por la tarde conversaba con mi hermano a raíz de un comentario al aire: "¡Ay, quién tuviera de nuevo 15 años!". Él me decía que qué maravilla poder vivir tan despreocupada y libremente, como a esa edad. Cuando reflexioné más a fondo, me di cuenta de que no viví mis 15 tan despreocupada ni libremente. Más bien me acuerdo de tomarme muy a pecho el "deber ser" y tener muy claras mis obligaciones y responsabilidades. Ciertamente disfruté mucho esos años, como he disfrutado de cada momento de mi vida, aún los de crisis y de dolor. Puedo decir que me siento satisfecha y contenta con cada etapa de mi vida. Que si pude haber tomado otras decisiones, que si pude haberlo hecho mejor...tal vez; pero sé muy bien que en cada momento he hecho las cosas lo mejor posible con sus circunstancias particulares. En ese sentido, no siento pendientes conmigo misma. Quizá por eso mismo, me siento satisfecha con la persona que he sido y con el momento en el que vivo actualmente. Recuerdo con alegría y regocijo lo vivido, mas no lo añoro ni siento nostalgia. Me agrada el presente, la manera como siento ahora, como vivo, como me complemento, como me confronto y me permito también experimentar y aprender.

Los últimos meses me han llevado a pensar que estoy en un momento de cambio y transición fuerte. Debo decir que me da un poco de temor, pero también me empieza a entusiasmar la idea de cerrar un ciclo que siento está llegando a su límite. Tengo muchos afectos y apegos aquí, así como recuerdos, vivencias y sueños inconclusos. Pero también tengo mi experiencia que me ha enseñado a soltar para recibir algo mejor y llenarme el corazón de mis recuerdos y afectos verdaderos, que se van conmigo y me acompañarán, como lo hacen los que me he ido llevando en cada lugar, en cada experiencia y en cada persona. Aquí he aprendido lo que es el amor verdadero y la libertad. He aprendido a discernir los apegos, la autocomplacencia, las proyecciones, las transferencias, los sueños, las fantasías y las pasiones del verdadero sentido y significado del amor. Amo a Xalapa, a todas las personas que han aportado algo a mi vida y que me han compartido mucho o poco, a quienes he tocado y de quienes he aprendido. Amo cada nota, cada presentación, cada ensayo y cada mágico momento en que he sido privilegiada con la música. Amo a cada viaje, cada paisaje que llena mi alma de recuerdos de idas y vueltas. Y sé que pronto vendrá la hora de partir.

Algo me dice que me encuentro lista para no sufrir este duelo, para vivirlo con alegría y nostalgia a la vez, como esa palabra "saudade" del Portugués. Me siento lista para un tiempo menos disperso y de mayor recogimiento. Me siento lista para resolver uno de mis amores y apegos más grandes que es la música, ya sea consumándolo, o aprendendiendo a renunciar a él y aún así sentirme feliz y satisfecha. Ahora quiero resolver pendientes que tengo conmigo y que tienen que ver con el largo plazo.

Con toda honestidad, no tengo idea de a dónde, cómo ni cuándo va suceder este cambio. Se trata puramente de una intuición y necesidad del alma, con una clara convicción de saber las razones y cuáles son esos asuntos que han de resolverse. Y es que cuando el alma dicta, es momento de barrer excusas y actuar.