sábado, octubre 29, 2005

Muy a propósito por las fechas que se aproximan, quiero dedicar ésta canción, que ya había yo publicado en una entrada anterior, hace unos meses, a dos amigas muy queridas: Aimée y Alice; con todo respeto y cariño...

Mundo

Mundo, Mundo,
Yo me iré y tú te quedarás
Donde brilla el Sol
Donde él ya no está
Donde él ya no está.

Te rompiste de felicidad
Me rompiste
Te quebraste de velocidad
Y te fuiste
Y no sé lo que vi en tu cuerpo
No sé lo que fui.

Esto no lo vuelves a llorar
Me dijiste
Aquel día en que dentro de mí
Te moriste
Y no sé lo que vi en tu cuerpo
No sé lo que fui.

Ya me vienen a enterrar en tu cuerpo y no sabrán
Que te llevo enterrado en el mío y llorarán
Porque creen que te fuiste de golpe
Sin saber que uno de a poco se va.

Mírame despidiendo tu cuerpo
Y parte del mío
Que no volverá

Alejandra Robles y Rafael Campos

lunes, octubre 17, 2005

Tiempo... ¿Para qué sirve? Tal vez para ubicarnos un poco en nuestra desubicada existencia.
Los últimos meses fueron temporada para cosechar lo que sembré durante todo el año... y también los últimos años, jeje. Logré ganar un interinato por un año (más o menos) en la Orquesta Sinfónica de Xalapa y esto significó el cierre de mi ciclo con la Sinfónica Juvenil y mi entrada al mundo de las orquestas profesionales... ¿Que si estoy nerviosa? Sí, claro, pero también muy emocionada y creo que no lo he hecho tan mal; afortunadamente mi querida Juvenil me proporcionó una buena formación. Debo añadir que finalmente me he titulado y por fortuna pude compartirlo con mi familia y amigos muy queridos. Con los Jugosos Dividendos, finalmente me ha tocado participar en la confección de algunas canciones, lo cual me llena de alegría y satisfacción y estamos trabajando en lo que sigue, con un futuro incierto, pero concentrados en hacer funcionar bien el proyecto.
Por ahora estoy trabajando en otro ciclo que está por definirse y que implica algunos cambios para mí, no sólo desde el punto de vista funcional, sino de cosas más profundas que involucran afectos, dogmas, costumbres, emociones y a la razón. No es fácil aprender a ser consciente.
Debo decir que este momento es nuevamente para sembrar, mientras me alimento de lo que he conseguido y de las bendiciones que he recibido. Los cambios y los ajustes me cuestan un poco de trabajo, pero sé que lo voy a hacer bien. He decidido dedicarle mucho a mi avance y optimización en el violonchelo y priorizar mi espiritualidad, con la cual he recuperado el contacto y hay mucho qué explorar.
Creo que el tiempo, también, es una herramienta para organizar, para delimitar, para conformar, para deformar y para percibir nuestra pequeña conciencia del mundo y de nosotros. Por lo pronto, me alegra estar de vuelta.